Amor prohibido nos dicen por las calles
Todo comenzó cuando el timbre del despertador sonó, haciendo que la Tortuga Simona abriera los ojos; cuál sería su sorpresa cuando descubrió que su amada rata Maximiliano no estaba a su lado, en cambio, observó un sobre que cambiaría su vida.
Era claro, Maximiliano había sido alejado de su gran amor por el rey rata, quien en su auto amarillo se lo había llevado, argumentando que su amor con Simona era imposible.
Sin embargo, no todo estaba perdido. Las palabras eran claras: -“Si tu amor es verdadero cruza la montaña y tráeme tus caramelos mágicos en prueba de tu amor a Maximiliano”-.
La tortuga no lo dudó, se puso sus guantes y se calzó sus zapatos rojos; tanta fue su prisa que olvidó ponerse pantalón; tomó además esa preciada bolsa de caramelos mágicos y decidió partir, rápidamente subió a su triciclo y se dirigió al avión que le ayudaría a cruzar la montaña.
Grande fue su sorpresa al llegar y descubrir que el avión no tenía suficiente gasolina para un vuelo. Sin embargo, había ahí cerca un Dr. Simi regalando condones, tomó unos cuantos, los infló formando grandes globos que volando, le permitieron atravesar la montaña.
Por fin ahí estaba el castillo, pero un nuevo problema estaba por llegar. Había en el patio del castillo un balón, Simona sin darse cuenta tropezó, ocasionando que la bolsa de caramelos mágicos se elevara por los aires, causando que cada uno de éstos explotara.
Todo parecía perdido, sin embargo, una sabia rata, que era planchadora, le contó que al rey rata también le gustaban las pinturas de Picasso, casual y fortuitamente, Simona cargaba con una en su bolsa, eso entregaría a cambio de su amor.
Y así fue, entregó al rey rata un Picasso, tanta fue su fascinación, que sin titubear le dio la mano de Maximiliano en matrimonio y finalmente el amor había prevalecido.
FIN
1 comentario:
muy bien chicos, esto es publicidad institucional.
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